De la doblez que se establece en el mirar hacia atrás y hacia adelante.
Se escinde ese hombre entre el recuerdo y la esperanza.
Proyecta su camino, mira en su reloj el constante segundaje.
Camina...., el mundo lo mira, mientras en el recorre con su mirada un halo de alucinación.
Y ahí me dirijo hacia vos.
Ya no hay pisado ni por pisar.
Solo un presente constante donde ahí estás libre.
No te encierres en la trama porque confío en que derramarás serenidad ante el ocaso.
La movilidad de la quietud te permitirá seguir riendo.
Llegará, no te dejes abrumar.
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